Como cada año, la subasta de fichajes de enero nos dejó varias
operaciones en el tintero. Una de ellas fue la de Kaká, futbolista que
intentó, por activa y por pasiva, abandonar el Real Madrid. Al final no
lo consiguió por un motivo: las elevadas pretensiones económicas del club madridista.
La entidad de Concha Espina pretendía extraer 25 millones de euros por el futbolista y el Milan, máximo interesado en el mediapunta, no se planteó llegar hasta tal cantidad. De hecho, los rossoneri pretendían conseguir a Kaká a modo de préstamo,
una opción totalmente descartada para el Madrid. Con tales
discrepancias como telón de fondo, los esfuerzos del futbolista
(dispuesto a rebajarse considerablemente el salario para regresar a San
Siro) resultaron inútiles y Kaká tendrá que continuar en Madrid hasta
final de temporada.
Hasta la misma fecha permanecerá también David Villa en un Barcelona que se negó a dejar marchar al Guaje durante el pasado mes de enero. Dicen que el futbolista solicitó al técnico azulgrana, Tito Vilanova, que le permitiera abandonar Can Barça y que éste último se negó a satisfacer sus pretensiones. Para Vilanova, la pérdida deportiva del Guaje a media temporada habría sido muy significativa
(pese a que la participación del asturiano no esté siendo excesivamente
notoria) y un duro golpe si de aquí a final de campaña se producen
lesiones en la parcela ofensiva.
De ahí que el entrenador azulgrana se haya negado a dejar marchar a
un futbolista que, en cualquier caso, difícilmente continuará en la
entidad barcelonista más allá del próximo verano si no aumenta sus
minutos de juego.