Nadie reconocerá a un chico de 20 años en estas líneas. Porque Isco
se hizo mayor cuando a los 14 dejó atrás a su gente para ir a Valencia.
Pero ha sido, de nuevo en Málaga, donde ha encontrado la felicidad:
regularidad, éxitos y la posibilidad de jugar ante los más grandes.
Sueña con mejorar este año. Y ojo, que sus sueños se terminan
cumpliendo.
Le habrán dicho que el año de la consagración es el más difícil.
Cada año, la exigencia será mayor, es bueno. Hay que seguir... Continuar leyendo