Cesc Fàbregas atiende a MD a primera hora de la
mañana, antes de entrenar. Se le supone medio dormido pero a la que se
inicia el turno de preguntas, todas sus respuestas describen a un tipo
despierto, con ganas de hablar de fútbol, con un discurso claro que
huye de tópicos y lugares comunes. Está satisfecho de su temporada pero
no le falta autocrítica. Y confía en Tito Vilanova. Mucho.
Se acaba la temporada y es hora de hacer balance. De usted
se dice que empezó como un tiro pero que se ha ido diluyendo. ¿Está de
acuerdo?
La verdad es que estoy muy contento de cómo me ha ido. Es cierto que
todo empezó muy bien, que me dieron opciones de ser titular y empecé
muy fuerte, pero la sensación que tengo analizando el global de la
temporada sigue siendo muy positiva. Tampoco nos vamos a engañar. He
jugado mucho más de lo que la gente y yo mismo esperaba. Es un poco
sorprendente que ahora se diga 'mira éste ya no juega'... Yo desde que
llegué era consciente de que entraba en el mejor equipo de la historia
y que todo me lo tendría que ganar.
Pero seguro que querrá ir a más el año que viene...
Creo, sinceramente, que mi primera temporada ha sido buena, aunque
yo, interiormente, soy el primero que sabe que puedo dar mucho más.
Hacerse con un puesto era un reto difícil y, si juego un rato en la
final de Copa, me sentiré orgulloso de poder decir que he jugado 48
partidos, una cifra a la que no llegaba hace cuatro años, no porque no
quisiese sino porque las lesiones no me dejaban.
Sus cifras de goles y asistencias avalan su discurso...
Gracias a Dios, y dejando si se quiere estos últimos tres meses al
margen, me quedo con una sensación de juego muy buena. El balance es
bueno, de sensaciones y de números. Segundo máximo goleador del equipo
y 18 asistencias, esas son cifras similares a las que hacía en el
Arsenal. Aunque sé que en el Barça se exige el doble que en cualquier
equipo.
¿Cómo lleva su adaptación al sistema de juego Barça? ¿Le cuesta aún encajar?
Viniendo del Arsenal he experimentado un cambio. Los jugadores que
están aquí han mamado una manera de jugar desde hace cuatro años. Mi
puesto aquí es mucho más específico, mucho más estudiado y trabajado.
Me siento como si hubiera dado dos o tres pasos atrás para, el año que
viene, dar cuatro o cinco hacia delante. Además, haber jugado tantos
partidos me da confianza, había perdido ese ritmo alto de ser capaz de
disputar 50 partidos en una temporada, lo veía muy lejos. Ahora no.
Si fuera entrenador, ¿dónde se colocaría para rendir más?
(Risas). ¡Uff!, es difícil. Yo cuando llegué aquí no tenía nada que
perder. No conocía nada del sistema, jugaba como sabía y de ahí vino
todo ese desparpajo inicial, jugaba como en el Arsenal, desinhibido,
con libertad. Quizás fue culpa mía. Después tuve un lío mental: ¿vengo
a recibir atrás? ¿tiro para arriba? Me volví un poco loco pero tuve que
cambiar mi rol y hasta febrero todo funcionó muy bien.
¿Y qué pasó en febrero?
Pues que volvieron muchos jugadores lesionados, perdí
protagonismo... Físicamente, además, puede que me encontrara un poco
cansado al no estar acostumbrado a jugar tantos partidos... Pero
insisto, todo me ha ido super bien aunque soy consciente de que estoy
en proceso de adaptación.
Su demarcación más habitual últimamente es la de interior izquierdo...
Sí, me tengo que adaptar. Yo no estoy acostumbrado a estar en un
puesto en el que sólo 'estoy allí', a veces me encuentro, no sé cómo
explicarlo... Yo pegaría un sprint con la pelota hacia adelante. A
veces me cuesta contenerme. A mí me gusta venir a recibir, distribuir,
llegar desde atrás... Hacer 30 metros y llegar al sprint.
Pero qué pasa, ¿lo tiene prohibido?
No, pero son cosas que voy hablando con el mister. Jugar como al
principio de temporada es como a mí me gusta pero sé que aquí hay que
hacer un fútbol diferente, más de posición. Estos últimos meses he
cogido los nuevos conceptos, pero asimilarlos y plasmarlos en el
terreno de juego... Es lo que comentaba de dar unos pasos atrás de
aprendizaje. A ver, todo esto, gente como Xavi y Andrés también
necesitaron tiempo para interiorizarlo. Te dices: 'A Xavi, pásale el
balón cuando quieras, que no se pierda'. Yo también quiero que los
compañeros tengan en mí esa confianza.
Y el año que viene nuevo entrenador. Lleva cinco años con Pep pero apenas le conocemos. ¿Cómo es Tito Vilanova?
Primero de todo hay que decir que Tito es muy buena persona. Puede
sonar como un tópico pero es la verdad, es un trozo de pan. Es un
ganador y tiene una virtud que comparte con Pep, sabe sacar lo mejor de
todos los jugadores. No me gusta mucho anticiparme pero el Barça de
Tito tiene muy buena pinta. Me gusta la continuidad que se le da al
club, porque este equipo ha superado al Dream Team, a todos los
registros históricos anteriores y darle esta oportunidad al Tito, que
con Pep lo ha hecho todo, es muy bueno. Sé que Tito querrá aportar su
grano de arena personal. Y sé que él tuvo una influencia en mi fichaje
en un tanto por ciento muy elevado.
¿Qué más detalles puede explicar al respecto?
Sé que fue una de las personas que hizo más fuerza para traerme aquí.
Se habla de que el futuro pasa por convertir aquel Cadete
mítico de Tito con Piqué, Messi y usted mismo en la columna vertebral
del nuevo Barça...
Tengo esa esperanza. Estoy cada vez mejor con mis compañeros, mejor
de lo que pensaba. Dispuesto a tener más protagonismo. Ya me lo dice mi
abuelo: 'Tienes que asumir más responsabilidad'. Sobre todo a partir de
febrero, cuando se dijo que mi rendimiento había bajado. Puede que
fuera verdad, pero respondía más a temas tácticos que yo tengo que
ordenar en mi cabeza.
Si hubiera empezado regular y acabado como empezó la temporada, quizás las críticas serían otras...
En el fútbol lo que hiciste ayer no cuenta y debes ser muy regular.
La segunda temporada dicen que siempre es más complicada pero yo me
encuentro cada vez mejor.
Hay un partido al que posiblemente aún le esté dando
vueltas: Stamford Bridge. Lo que pudo ser y no fue con las dos
ocasiones que tuvo. ¿Le costó dormir?
No dormí. Si me hubiesen caído a principio de temporada, las habría
enchufado las dos. Ya forma parte del pasado pero fue frustrante.
¿Le faltó la confianza que tenía al principio para definir?
También puede ser, pero es difícil hablar ahora del porqué. También
me cayeron los dos balones a la izquierda, que fue una putada la
verdad. Pero no es excusa. La primera la enganché fatal y en la segunda
la salvaron en la línea, ahí creo que poca cosa más podía haber hecho.
La levanté bien pero quizás le faltó un poco de fuerza. Me acuerdo más
de la primera.
No se le da bien el Chelsea...
No. Me tienen la medida tomada. Tres finales contra ellos y las tres
me han ido mal, las semifinales... Y siempre con el mismo estilo de
juego.
Tomado de Mundodeportivo