Hacen falta dos goles y algún que otro factor más para que el Barcelonaelimine al Chelsea en la vuelta de semifinales de Champions League. Más acierto, el mejor Messi, más solidez defensiva y en caso de verlo todo perdido, recordar y apelar al Iniestazo.- Apoyo máximo del Camp Nou. Algo frío el pasado sábado contra el Real Madrid,
la afición azulgrana debe ser, como dice el himno, un clamor para
llevar en volandas al equipo hasta la final de Múnich. Y también antes
del partido, como ya hicieran contra el Inter en 2009.
- El mejor Leo Messi. No marcó en Londres, tampoco en el Clásico. El partido más importante en lo que va de temporada para el Barça es este, y necesita el liderazgo absoluto de su mejor hombre.
- Fábregas y Piqué, titulares. Guardiola ha defendido a Tello y Thiago, pero tanto Cesc como Gerard
son jugadores internacionales, que han jugado partidos del más alto
nivel y de la máxima responsabilidad. El Barça, y Pep, necesitan que
ambos estén en el terreno de juego.
- Ser fiel al estilo de juego y tener paciencia. "Jugando
como en la ida tendremos nuestras opciones", buena frase de Guardiola.
Si el equipo es capaz de tener hasta 24 ocasiones como en Stamford
Bridge, y al menos cinco o seis tan claras, que no quepa ninguna duda
de que podrán remontar.
- Más solidez defensiva. El
Real Madrid sorprendió a balón parado y al contragolpe, armas que el
Chelsea también domina a la perfección y que Di Matteo tratará de
llevar a cabo en este partido de vuelta. Mantener la portería a cero es
vital para remontar.
- Más acierto de cara al gol que en Londres y contra el Madrid. Igualar el número de ocasiones que en Londres, sí, pero tener mayor efectividad que en estos últimos partidos.
- Si marca el Chelsea, mantener la calma. Puede
pasar, o bien Drogba o alguno de los hombres rápidos, o en un córner,
penalti o cualquier otro descuido. Habría que marcar tres goles más en
este sentido. Pero manteniendo el juego y el estilo, el Barça podrá
doblegar. Siempre ha funcionado.
- Si algo va mal, espíritu del 'Iniestazo'. Si el gol no
llega al final de los noventa minutos reglamentarios, habrá que apelar
a este espíritu, al de los goles a la desesperada de Iniesta en 2009 o
Bakero en 1992. Esto es sinónimo de fe, y el Barça debe creer aún
cuando se vea desesperado.
- Objetivo: Seguir haciendo historia. Estar
en Múnich significa optar a ganar la segunda Champions consecutiva,
esto es, igualar al Milan de Sacchi de los noventa y poder ganar más
Mundialitos, más Supercopas y evitar que este ciclo se rompa.
Tomado de Eurosport