Como casi siempre, Costa de Marfil arrancó
la Copa de África con victoria pero con una imagen decepcionante. Los
máximos favoritos al título se adelantaron con un tanto de Touré Yayá y
parecían encarrilar el partido hasta que Jonathan Ayité empató al filo
del descanso. Togo creyó
en la remontada y llevó a "Los Elefantes" a un sufrimiento constante
hasta que Gervinho, en el minuto 88 y tras un error garrafal del meta
togolés, cumplió el expediente. Con un aprobado justito, eso sí.
Fue la historia habitual de Costa de Marfil en la CAN. Mucho equipo,
mucho nombre y poco, poquísimo fútbol. De nada sirvió la acumulación de
hombres ofensivos en el once con Ya Konan, Gervinho, Drogba y compañía.
Tampoco mejoró la imagen con la entradad de Tioté en el segundo tiempo
para aumentar la intensidad en el mediocampo. Bastó, como en anteriores
ediciones, con un par de chispazos. Así es Costa de Marfil, y así lleva
20 años sin proclamarse rey de África.
Togo, con el juego entre líneas de Alaixys Romao, la velocidad de los Ayité y las apariciones fugaces de Adebayor se
bastó para poner en evidencia a "Los Elefantes". De hecho, el delantero
del Tottenham pudo abrir el marcador en la primera jugada del partido
al recibir un enorme regalo de Kolo Touré que le dejó cara a cara con
Barry. El meta marfileño empezaba su recital.
Quedó demostrado también que Touré Yayá deberá ser el chico para
todo de esta Costa de Marfil. Y eso significa asumir cierta
responsabilidad en la faceta anotadora. Y lo hizo en el primer tiempo
cuando una buena internada de Gervinho -de lo poco salvable de Costa de
Marfil- acabó con el potente disparo del centrocampista del City.
Con un juego previsible, una apatía alarmante y un ritmo desolador,
Costa de Marfil se servía de su calidad para marcar diferencias. Hasta
que al filo del descanso la zaga marfileña defendió con excesiva
complacencia un saque de esquina. Apareció Jonathan Ayité y devolvió el
empate al marcador.
Pudo Togo llevarse los tres puntos con una gran jugada que inició
Adebayor y que definió Floyd Ayité con un cabezazo en plancha al que
reaccionó de manera prodigiosa Barry con una mano providencial. Y si el
meta marfileño decidió con sus paradas, lo mismo hizo su homólogo
Agassa con sus errores. El portero togolés se tragó por completo un
balón colgado al área y fue entonces cuando apareció Gervinho en el
segundo palo, y a dos minutos del final, para ofrecer un suspiro a "Los
Elefantes". El aliento necesario para seguir viviendo más de sus
individualidades que de un fuerte colectivo.
Tomado de Marca