Los días previos al partido se habían
debatido entre la conveniencia de jugar con o sin '9' después de la
apuesta del técnico en el partido frente a Italia en el que salió sin
delantero centro nato. Ante Irlanda
cambió la estrategia. El seleccionador sentó a Cesc, sorprendente
titular el domingo, y dio entrada a Fernando Torres, el delantero que
pedía la afición.
La elección de Del Bosque no ofreció ninguna duda. Con el '9', La
Roja estuvo de 10. Si alguien estaba pensando en la inconveniencia de
su decisión. El Niño zanjó el debate a los cuatro minutos cuando se
llevó un balón muerto en el área, regateó por velocidad a Ward y fusiló
por alto a Given, que se había quedado bajo palos. Era el primer gol
que encarrilaba a las primeras de cambio el triunfo hispano.
Todo el equipo se fue al unísono a abrazar a Torres conscientes de
la importancia del gol para el equipo, después de todas las críticas
recibidas, y sobre todo para Torres, que necesitaba con urgencia
reencontrarse con el gol después de los dos fallos que cometió el
pasado domingo frente a Italia.
La cosa no quedó ahí, ya que el futbolista hizo doblete en la
segunda parte. Torres recibió un pase largo de David Silva y resolvió
con tranquilidad en el uno contra uno ante Given. Era el 3-0 que dejaba
totalmente sentenciado el encuentro.
Y es que el delantero del Chelsea vuelve a marcar con La Roja en
partido oficial casi dos años después de su último gol. Fue el 3 de
septiembre de 2010, en el primer partido de clasificación para esta
Eurocopa de de Polonia y Ucrania en el que España ganó en Lienchestein
por 0-4. Ese día Fernando marcó dos goles. Desde entonces solamente un
par de dianas en partidos amistosos, pero no más en encuentro oficial.
Torres fue sustituido por Cesc en el minuto 72 y fue despedido con
una gran ovación por parte de la afición española. El '9' de La Roja
fue claro al término del partido:
"El debate sobre el 9 seguirá, eso no lo podemos parar. Es bueno que
haya funcionado bien jugar hoy con este sistema. Luego entró Cesc y
también marcó. Eso es lo bueno de España, que tiene muy buenos
jugadores y muchas opciones".
El ariete añadió: "No estoy enfadado. Juego en la mejor selección
del mundo y lo que hay que hacer es trabajar para estar en el once y
ayudar al equipo. Si el míster pone a otro delantero en el siguiente
partido no pasa nada".
Tomado de Marca