El traspaso de Luka Modric al Real Madrid sigue cerca, por más que a
nuestra llegada a Londres hayamos comprobado que el club inglés va a
endurecer el camino. No lo va a poner fácil, y menos a estas alturas
del verano.
La diferencia económica, que es la única traba para que se concrete
el fichaje, no es tan grande, pero el Tottenham tiene claro que no va a
regalar al jugador cuando queda aún mes y medio para finalizar el
mercado. Y, sobre todo, teniendo en cuenta que hablamos de un chico que
acaba contrato en 2016, es decir, que el Tottenham no tiene ninguna
prisa por cerrar ya el traspaso, a menos que el Real Madrid suelte los
millones que Daniel Levy, presidente de los spurs, quiere y desea.
Hay que recordar, además, que el club de este barrio del norte de
Londres no vendió al croata la temporada pasada por una pasta
espectacular. El Chelsea le ofreció entonces 40 millones de libras, no
de euros, sino de libras, es decir, 50 kilos de nuestra moneda. Y Levy
dijo que no. Una barbaridad, pues. Es verdad que este verano la
situación es diferente. El Tottenham sí está dispuesto a vender. Por un
precio alto, pero sí está receptivo.
¿Qué cifra?
Aquí la clave es la cifra. Ya
dijimos hace días que la diferencia no era mucha, pero aún hay
distancia. Obviamente, considerando que no es un rival directo, el
presidente de los spurs está dispuesto a soltar al futbolista por menos
dinero del que ofreció el Chelsea en el pasado mercado veraniego.
Fuentes internas de la entidad dicen que por 35 millones de libras (no
de euros), o sea casi 45 millones de los nuestros, la entidad de White
Hart Lane estaría dispuesta a dejarlo escapar mañana mismo. Ésa es la
idea, otra cosa es la negociación que haya de aquí al 31 de agosto.
Luka Modric hablará hoy miércoles, o mañana jueves, en persona con
los dirigentes londinenses y con su técnico, el portugués André
Villas-Boas, que ya lo da por perdido. Luka intentará presionar in
situ, algo que ya hizo el año pasado y que de nada le sirvió, porque,
entonces sí, el Tottenham estaba cerrado en banda a traspasarlo. No lo
dejó ir. Ahora la situación ha cambiado.
El club, además, valora muy positivamente que este verano, al menos
por ahora, el jugador croata no haya presentado el siempre molesto
transfer request, una formalidad por la que un jugador pide formalmente
a su club de origen que lo deje marchar. Y Luka se irá al final, o al
menos eso quieren él y el Real Madrid, pero por las buenas, aunque sea
a base de muchos millones consensuados.
Tomado de Marca