Messi es el líder, el dueño absoluto de la
albiceleste y atraviesa su mejor momento desde que juega para su
selección absoluta, con 11 goles en los 13 partidos de la ‘era
Sabella’. Pero cada vez que su rendimiento individual alcanza un pico
alto y la producción general del equipo crece, vuelven a aparecer los
fantasmas de inestabilidad.
Argentina rescató un empate y eso no es poco teniendo en cuenta que
ahora es líder en solitario de la liguilla sudamericana rumbo a Brasil
2014, pero la ha sacado muy barata en esta visita al estadio Nacional
de Lima, donde el conjunto local fue netamente superior, tuvo numerosas
opciones para quedarse con el triunfo y hasta perdonó un penalti.
El desempeño del astro del FC Barcelona lejos estuvo de lo que se le
conoce. El espantoso estado del campo, el aguerrido marcaje y
fundamentalmente la asfixiante presión peruana atentaron contra sus
posibilidades. Su equipo tampoco le ayudó, pero individualmente el
‘Pulga’ no logró explotar en ningún momento como sí lo ha hecho en
otras ocasiones.
Un equipo adelante y otro atrás
El 2012 de Argentina había sido muy bueno hasta este choque con
Perú, con tres triunfos en amistosos y otros dos por la liguilla
sudamericana, el último frente a Paraguay el pasado día viernes.
Después de ese encuentro y con dichos antecedentes inmediatos, parecía
que Alejandro Sabella le había encontrado la vuelta a su selección.
Sin embargo, el empate contra el combinado peruano vuelve a
despertar interrogantes en torno al nivel del equipo. La sensación
permanente de peligro que generan sus hombres de ataque está latente a
lo largo de los 90 minutos. Eso no cambia. Al fin y al cabo, qué otra
selección en el mundo puede ostentar una ofensiva con fenómenos de la
talla de Messi, Higuaín, Lavezzi, Di María o Agüero, que se perdió este
duelo por lesión.
Atrás, en cambio, la albiceleste se parece – y eso tampoco cambia
por ahora- a cualquier seleccionado de menor nivel. Se modifican los
apellidos con el correr de los encuentros, sale algún zaguero o un
lateral, pero la seguridad en el fondo, esa que se necesita para que
los de adelante se liberen y exploten, aparece en cuentagotas, por
momentos del juego o sólo en determinados partidos.
La alarma se ha encendido nuevamente. Los próximos partidos dirán si
sólo se trata se un susto pasajero o si Leo y los suyos tienen motivos
para preocuparse nuevamente.