El astro brasileño del Santos, Neymar, que el
pasado viernes tuvo una pobre actuación, como la del resto de sus
compañeros, en la victoria por la mínima ante Sudáfrica realizó unas
declaraciones para la web esportes.r7.com de Brasil en la zona mixta del estadio de Morumbi donde se disputó el partido que, como poco, dan lugar a la reflexión.
El
descontento del público asistente al partido, que no supo digerir bien
el mal juego desarrollado por los hombres dirigidos por los de Mano
Menezes, acabó en una persecución y abucheos por parte de la afición
tras la finalización del encuentro.
Preguntado al respeto de
dicha circunstancia y sobre su estado anímico tras el partido, Neymar
respondió de forma clara y concisa: “Me molestó mucho. No esperaba una
reacción tan fuerte, ni por supuesto la persecución de la multitud.
Parecía que no estuviéramos en Sao Paulo. Creo que no merecía ser
abucheado de este modo, la gente debería respetar a la selección,
representamos a todos los brasileños sobre el césped”.
Además,
el delantero quiso añadir: “Lo que ha pasado hoy es muy injusto
conmigo, yo traté de hacerlo lo mejor posible, a pesar de no estar bien
físicamente”.
De este modo se justificó la esperanza futbolística de la 'canarinha' tras el decepcionante partido ante Sudáfrica.
Menezes comprende la situación por la que atraviesa el delantero
Posiblemente,
con estas declaraciones, el punta brasileño deja patente su inmadurez a
la hora de saber soportar la presión mediática que conlleva un puesto
de tan alta responsabilidad como el que desarrolla en su selección.
Sobre este punto, y también sobre el posible agotamiento del crack del Santos quiso hacer referencia su técnico en la 'canarinha', Mano Menezes.
El técnico respondió con sinceridad ante las preguntas de los
periodistas brasileños: “Después del partido contra Bosnia en febrero,
sentí que el jugador estaba muy fatigado. No es una máquina, necesita
recuperarse. El viene de un problema gastrointestinal con el que ha
perdido varios kilos. Está desgastado”.
Menezes quiso dejar
claro, que pese a sus declaraciones Neymar sigue teniendo una
importancia capital en el futuro y el presente del fútbol brasileño:
“Él es el mejor jugador de fútbol brasileño, sólo pierde potencial
cuando juega demasiado”.
Parece que el delantero ha reflexionado
sobre ello y al final de las preguntas realizadas por la prensa quiso
dejar claro que es consciente de la situación por la que atraviesa: "Lo
que pasó fue que me enfermé. No soy una máquina. Soy humano. Fui al
partido contra Sudáfrica muy cansado. Quiero seguir jugando y ayudando
a los Santos y la selección”.
Con lo dicho por Neymar y Menezes está
claro que el papel de un jugador de tan sólo 20 años que lleva a sus
espaldas el peso de la responsabilidad de toda una selección nacional
como Brasil y un clásico del fútbol del país como es el Santos puede
estar quedándole grande, por el momento.
Tomado de Marca