El Valencia,
con un Roberto Soldado estelar, se impuso por 0-3 al BATE, hasta ayer
sorprendente líder del grupo F.
Y es que los
bielorrusos tienen muy claras sus armas y les sacan el mayor partido posible.
Se encierran atrás demostrando unos buenos fundamentos tácticos y salen al
contraataque con una decisión y velocidad que les hacen un equipo peligroso, de
esos que te quitan puntos importantes. Díganselo al Bayern. Pero el Valencia
llegó con la lección aprendida y decidido a ganar a pesar de lo presagiado por alguna casa de apuestas.
Los de
Pellegrino salieron mejor. Tenían el balón y no se descomponían. El técnico
argentino introdujo a Albelda junto a Gago adelantando a Tino Costa a la
posición de mediapunta para frenar las contras bielorrusas y lo consiguió por
momentos. También es justo destacar que los últimos quince minutos de la
primera parte no fueron los mejores de la historia reciente valencianista, en
los que alguna buena intervención de Diego Alves evitó la catástrofe. Pero
justo en ese impás, cuando peor estaban los valencianistas, llegó el gol. A
falta de cinco minutos para llegar al descanso, Roberto Soldado fue objeto de
un penalti que él mismo transformó. 0-1 y gol psicológico al filo del
intermedio.
Tras el paso
por vestuarios, el Valencia reculó unos metros y quiso pagar con la misma
moneda a Hleb y compañía. Y así llegó el segundo gol. Diego Alves evitó el
empate y en la misma contra Andrés Guardado, una de las sorprendentes apuestas
online del once ayer, puso un centro perfecto desde banda izquierda que de nuevo
Soldado no desaprovechó. Corría el minuto 55 y el partido tomaba claros tintes
blanquinegros. Tan sólo diez minutos después el propio Soldado cerró
definitivamente el encuentro. Introdujo en la portería un pase de la muerte de
Tino Costa que supuso su segundo hat-trick en Champions.
Así, el
Valencia se coloca líder del grupo F empatado a puntos con el BATE y el Bayern
de Múnich. La segunda vuelta de este grupo se presenta apasionante.