Su último autor conocido es Pedro
Alonso, el médico asturiano investigador e impulsor de la primera
vacuna contra la malaria. Siempre hay que estar orgullosos de tener
compatriotas que están dispuestos a construir en un país donde nos
gusta destruir y algunos cocineros famosos (también llamados
restauradores) se empeñan en deconstruir. No es lo mismo. Eso es justo
lo que le ha pasado al Barça de Guardiola, dos equipos antagónicos en su juego, el Real Madrid
y el Chelsea le han deconstruido en el espacio de cuatro días. Esa
palabra tan fea que define el diccionario como "deshacer analíticamente
los elementos que constituyen una estructura conceptual" es una de las
claves de la actual situación del equipo azulgrana. Perdida la Liga y
la Champions solo le queda luchar por la Copa. El famoso "concepto" que
ha hecho grande a este Barça es el juego de posición. Perfecto para
tener el balón, pero insuficiente si no llega el gol.
El Barça
y su entrenador llevan cuatro temporadas instalados en el Olimpo, un
lugar reservado para los dioses. Si la derrota te agota el éxito
también. Son un grupo que ha competido hasta la saciedad, creyendo en
una idea. Han sido fieles a sus principios en el triunfo y en la
derrota, sin importarles la mentira que acompaña a ambas situaciones.
En la Liga han sabido perder reconociendo la superioridad del rival
(Real Madrid). En la Champions han felicitado al Chelsea por llegar a
la final, aunque no puedan explicar las adversidades que les han
apartado de otra final. Esa es la competición, ganar y perder, acertar
y fallar. Cuando estas arriba siempre hay gente ruin esperándote abajo,
para disfrutar con tu fracaso. Es el triunfo de los mediocres, vivir
del mal ajeno.
Lo del fin de ciclo me parece una soberana
estupidez, por no utilizar un término más duro. Algunos deberían
meditar su utilización fraudulenta. Es una expresión que solo utilizan
las personas de memoria corta, los que viven de lo inmediato, aquellos
que son incapaces de reconocer que el poso del trabajo impide hacer un
análisis tan pueril. Cuando escuchas a los deportistas profesionales,
incluyo en ese grupo a los entrenadores, puedes entender muchas cosas.
Es muy socorrido el término "cambio de ciclo" para los conocedores del
oportunismo y desconocedores de lo que es la alta competición.
Confundir una alternancia o entender que es imposible el éxito
permanente constituye una quimera para muchas mentes que viven del
fanatismo que arrastra el deporte, en especial el fútbol.
Dicho
esto, que no es poco, ha llegado el momento de la verdad, de saber si
el "líder natural del vestuario" seguirá conduciendo el grupo o dará un
paso al lado para dejar que otros ocupen su lugar. Hace unas semanas,
quizás meses pensé que Pep dejaría de ser entrenador del Barcelona
este año, su entorno más cercano le reclamaba esa decisión. Las
adversidades físicas de Tito Vilanova y Abidal (el cáncer) le habían
provocado tanto dolor que de la diversión había pasado al sufrimiento.
Me voy a atrever a decir lo que creo sobre la decisión del futuro de
Guardiola: su deseo será no seguir, pero su responsabilidad le hará
dudar. No siempre coinciden los deseos con las responsabilidades. Lo he
leído en las últimas horas "Es una decisión única para un entrenador
único por mucho que moleste a los que no le conocen".
Tomado de Eurosport