Brasil, con un fútbol mejor al que exhibió en Londres 2012 y dos
minutos de brillo de Alexandre Pato, se impuso hoy por 0-3 a Suecia en
el que fue el último partido antes de la demolición de la Rasunda, el
estadio de Estocolmo en que la selección brasileña conquistó su primer
Mundial (1958) y en el que nació el mito Pelé.
La victoria le
permitió a la selección comandada por el técnico Mano Menezes,
presionada tras no haber mostrado el fútbol que prometía en los Juegos
Olímpicos, en los que se quedó con la plata al caer en la final ante
México, recuperar parte de la confianza perdida en Londres.
Esa
recuperación, sin embargo, se produjo ante una Suecia que no convocó a
ocho de los jugadores con que disputó la Eurocopa de este año -en la
que fue eliminada en la primera fase- y que no pudo contar por lesión
con su máxima estrella, Zlatan Ibrahimovic.
Aunque fue
claramente superior en los 90 minutos, el amplio marcador no fue
reflejo de un partido en que Brasil insistió con varias jugadas pero
falló en las finalizaciones en varias oportunidades.
Brasil
abrió el marcador en el primer tiempo por intermedio de Leandro Damiao
y tan sólo consolidó su ventaja en los diez últimos minutos del
compromiso, cuando Alexandre Pato sustituyó a Damiao y anotó los otros
dos goles.
Además de servirle a Brasil para retomar con más
tranquilidad un trabajo que había quedado en duda tras los Olímpicos, a
donde acudió como favorita al oro con la base del equipo con el que
pretende disputar el Mundial de 2014, el compromiso también sirvió para
despedir la Rasunda y homenajear a los brasileños que conquistaron en
ese estadio el Mundial de 1958 ante la misma Suecia.
Tras
diversos homenajes a los campeones brasileños y a capitanes en
diferentes épocas de la selección sueca, el "rey" Pelé, la gran
atracción de los actos festivos, dio una vuelta olímpica y el puntapié
inicial del partido. "Fue muy emocionante. Para mí, todo comenzó aquí a
los 17 años", admitió el tres veces campeón mundial.
Desde el
primer minuto, Brasil, reforzado por cuatro jugadores que no habían
sido convocados para los Olímpicos, se mostró mucho más seguro que en
Londres.
La veteranía del centrocampista Ramires y del lateral
Daniel Alves garantizó seguridad en la zaga y una mejor salida al
ataque, y permitió que Neymar y Leandro Damiao jugaran más libres en la
frente.
Brasil comenzó a buscar el gol desde el primer minuto y generó numerosas jugadas de peligro pero falló en las finalizaciones.
En
el minuto 18, tras un balonazo que Oscar estrelló desde fuera del área
en el poste, Neymar aprovechó el rebote para vencer a Isaksson, pero el
árbitro anuló la anotación por supuesto fuera de lugar.
Seis minutos después, Daniel Alves lanzó un tiro libre que pasó a pocos centímetros del arco sueco.
En
el primer tiempo, la franja derecha fue dominada por el centrocampista
Ramires y el lateral Daniel Alves lo que le dio una nueva cara a la
selección brasileña.
Brasil, que tocaba con facilidad y creaba
diferentes jugadas de peligro, abrió el marcador pasados los primeros
treinta minutos con una cabeceada de Leandro Damiao tras un
levantamiento milimétrico de Neymar.
El gol aumentó la seguridad de los brasileños que tuvieron varias oportunidades de aumentar el marcador.
Suecia,
que intentó sorprender con contragolpes, por poco llega al empate en
los minutos finales del primer tiempo tras un intercambio de pases
entre Berg y Toivonen, que obligó al portero de la selección brasileña
intervenir a tiempo para frustrar la aspiración sueca.
En el
segundo tiempo, el partido parecía más parejo pero la balanza volvió a
inclinarse para Brasil con los diferentes cambios de jugadores.
Pato,
que ingresó en el lugar de Damiao, tuvo dos minutos de inspiración y,
tras un gol en una posición dudosa faltando diez minutos para el final,
creó la jugada en la que sufrió el penalti que él mismo convirtió dos
minutos después.
Tomado de Sport