Vicente del Bosque (Salamanca, 1950) regresó desde Varsovia después
de haber sido el técnico sobre el que estuvieron todos los focos en la
décima edición de la Conferencia de seleccionadores de la UEFA. El
técnico español sintió el calor de sus colegas desde la ovación del
primer día hasta el último minuto, pasando por la cena desarrollada el
martes en el estadio Nacional de Varsovia.
Pregunta. ¿No le han sacado los colores con tanto halago?
Respuesta. No me lo tomo como algo personal y sí como el reconocimiento
al fútbol español en general por todo lo que está logrando en estos
años. Es un orgullo que nos traten y nos vean así. Es un halago sincero
a la camaradería que desprende un equipo que ha ganado.
P. La palabra que más han usado sus colegas para hablar de Del Bosque es caballero. ¿Qué le dice?
R. Prefiero siempre la valoración personal. Lo que hace falta es que
representemos bien a nuestro país. Es de agradecer el afecto personal y
el deportivo.
P. Hay alguno, como Mihajlovic, que le compara con un abuelo.
R. [Mueca].
P. Pero no por la edad y sí por la bondad que desprende.
R. [Risas]. Yo, de verdad, tengo siempre presente que tengo que hacer
la mejor propaganda de este deporte. Tenemos la obligación de querer,
de amar el fútbol. Tiene más recorrido y felicitaciones el que tiene un
buen comportamiento. El que no lo tiene creo que no tiene ningún
recorrido en este mundo.
P. ¿Qué siente cuando ve que las flores a su trabajo vienen
de gente, edades y culturas tan diferentes como Capello, Deschamps, Van
Gaal, Roy Hodgson…?
R. Es de agradecer, pero sabiendo
siempre que lo que importa es el futuro, que hay que trabajar, seguir y
que no nos podemos confundir porque hablen bien de nosotros.
P. ¿Tanto halago y tan segudo puede debilitar?
R. Yo creo que no. Tenemos la suerte de tener a jugadores que cada
semana tienen la obligación de ganar por estar en grandes clubes. El
ganar es casi su rutina y eso hace que les duelan más las pocas
derrotas que tienen. Debemos ser buenos deportistas, insaciables y
tener siempre hambre.
P. ¿Qué ha expuesto ante sus colegas del fútbol de la selección española, de su forma de trabajo?
R. No hay un fútbol único. No hay que jugar sólo al pie, aunque ahora
hay una tendencia a ese juego más elaborado. El pase largo y el fútbol
directo a veces también son muy buenos. Se habla de la posesión y el
ataque, pero entre Mundial y Eurocopa a nosotros nos han hecho sólo
tres goles en 13 partidos, en 1.230 minutos. Eso indica que nosotros
tenemos nuestro sello de juego, que lo potenciamos, pero es a través de
ese juego ofensivo como encajamos menos goles. Creo que es el
equilibrio perfecto.
P. ¿Se ha valorado mucho esa faceta defensiva de la selección española?
R. Si, mucho. Nosotros hemos expuesto que no tenemos ninguna receta
mágica y que lo nuestro no es lo mejor ni lo único, pero sí hemos
notado que el resto de seleccionadores valora el fútbol de posesión
como el camino a seguir. Para llegar hay que hacer entrenamientos
reales en los que se potencie el control y el manejo de la pelota.
P. ¿Han hablado de la posesión y la profundidad?
R. Claro, porque el fútbol no es sólo posesión. Hay que tener
profundidad, presionar bien al contrario, a poder ser cerca de su
portería, porque así se recupera antes y vamos a tener menos esfuerzo y
recorrido, vamos a estar más seguros en defensa para evitar contras.
P. ¿Tienen asumido que partidos como el de Georgia pueden ser habituales?
R. Nosotros no podemos decir al contrario cómo tiene que jugar. Cada
uno juega con sus armas y como cree que es mejor. Pensábamos que íbamos
a jugar contra un equipo replegado, pero con dos extremos que iban a
darnos muchos problemas y resulta que empezaron casi de laterales. Nos
tenemos que acostumbrar, pero jamás vamos a menospreciar la forma de
jugar de otros equipos. Hicieron lo que ellos pensaban que era lo mejor
y lo que tenemos que hacer es aplicarnos para solventarlo.
P. ¿Nunca lo pondrá como excusa?
R. Por
supuesto que no. ¿Quiénes somos nosotros para decir a nadie cómo tiene
que jugar? Llegamos poco, no tuvimos muchas ocasiones y ellos hasta
hicieron un palo. Si tienes el 80% de posesión pero no tienes llegada y
ocasiones, mal asunto.
P. ¿Qué le parece que Deschamps diga que sólo pueden ser primeros si España falla?
R. La gente es muy agradable con nosotros, pero por dentro saben que
tienen una gran selección, que las diferencias son mínimas, que tenemos
que ir a París… Pero a mí lo que ahora me preocupa es el partido del
día 12 en Minsk con Bielorrusia.
P. ¿Otro cerrojazo?
R. No lo sé. Ante Francia,
en París, fueron un equipo que hizo cosas interesantes atacando y que
pudo adelantarse en el marcador.
P. ¿Cuesta convencer al jugador que lo ha ganado todo de que tiene que pasar de nuevo por esos partidos?
R. No, porque siguen sintiendo la pasión por jugar y ganar. Sabemos que
uno de nuestros objetivos es que el equipo siga sintiendo la emoción de
estar en una fase final y de pelear por ganarla. Y ahí el papel de los
que llevan más tiempo es fundamental.
P. ¿Qué libro está leyendo?
R. Terminé hace poco Dos Vidas, el libro que escribió el padre de Piqué. Es magnífico.
P. ¿Se imagina un España-Cataluña?
R. No, no me
lo imagino. Es un tema del que no me gusta hablar mucho, pero sí quiero
decir una cosa. He dicho que quiero entender a los catalanes. Tienen su
libertad. Sin agresividad y correctamente se pueden defender las ideas.
Si yo pudiera que hacer algo, si tuviera un pelín de poder, que no
lo tengo, me gustaría acercar todo lo que pudiera España a Cataluña,
Cataluña a España, al resto de españoles a los catalanes y al revés. En
un mundo con cada vez menos fronteras para mí sería extraordinario
ayudar a que la relación fuera más cordial. Ojalá pudiera ayudar un
pelín, aunque sólo fuera ese poquito, a que esas relaciones fueran
mucho mejores.
Tomado de Marca