El Athletic se impuso al Málaga en La Rosaleda por 1-2 en un encuentro
que acabó con la grada blanquiazul pidiendo la marcha de un Schuster que no
parece encontrar la manera de sacar el proyecto a flote.
Y es que los rojiblancos dominaron el choque de cabo a rabo, de
principio a fin. Eran los que mandaban, los que proponían y los que buscaban la
meta de Willy Caballero. Guillermo pudo adelantar a los suyos per Weligton sacó
bajo palos un balón que ya se colaba y Mikel Rico a punto estuvo de plantarse
mano a mano si no llega a ser por un providencial cruce de Sergio Sánchez. En
definitiva, acoso y derribo rojiblanco. Pero, cosas del fútbol en vivo,
mientras Laporte era atendido en la banda Angeleri, central reconvertido a
lateral, puso un centro perfecto desde la banda que Juanmi, el más listo de la
clase, mandó al fondo de las redes con un certero testarazo. Quedaban ocho
minutos para el descanso y el resultado no se movió.
Tras el paso por vestuarios, el guión cambió levemente. El Athletic
arriesgaba más pero se le notaba menos preciso, más atenazado. El Málaga, por
su parte, parecía encontrarse cómodo buscando la contra pero finalmente no
pudieron concretar ninguna. Lo que si llegó fue el empate visitante. A la
salida de un corner botado por Susaeta Mikel San José puso las tablas en el
marcador. En ese momento sí que todo volvió a la normalidad. El Athletic
mandaba y el Málaga no sabía muy bien qué hacer. Para colmo, Portillo, que ya
tenía amarilla, se autoexpulsó en una acción tan clara como irresponsable en lo
que fue el preludio del segundo gol rojiblanco. Dos minutos después de dicha
acción, Ander Herrera filtró un excelso pase que Muniaín, a la segunda,
convirtió en gol. 1-2 y la grada en contra de un entrenador alemán que en los
cinco años que tiene firmados algo debe cambiar.
Así, el Athletic mira a
las apuestas en la champions league ya que está a un solo punto del
Villarreal. El Málaga, por su parte, sigue mirando de reojo una zona roja que
cada vez está más cerca.