El encuentro fue cancelado por el árbitro chileno Enrique Ossés a
causa de la insuficiente iluminación del estadio Bicentenario de
Resistencia, la capital chaqueña, distante a unos 960 kilómetros al
norte de Buenos Aires.
"Nosotros queríamos jugar y esperamos el
tiempo prudencial. Estábamos preparados adecuadamente para jugar al
fútbol. Estamos decepcionados y con tristeza por no haber podido
jugar", añadió el entrenador cuando la delegación brasileña se retiró
del escenario deportivo.
"Lo que aconteció nos lleva a pensar
que Argentina y Brasil no deben pasar por una situación como ésta. Es
una decepción bastante grande para estos profesionales", indicó Menezes
en relación a los jugadores que deben reincorporarse a sus equipos.
Un
desperfecto técnico dejó el estadio a oscuras cuando unas 19.000
personas estaban en los graderíos y los jugadores en el campo, y no fue
superado por lo que Ossés canceló el encuentro poco antes de la
medianoche en Argentina.
Tomado de Sport