Chilavert, Higuita, Jorge Campos... y Rogerio Ceni. Porteros que
rompen con los cánones establecidos en su posición. Futbolistas en el
sentido amplio de la palabra. Su labor no se limita a evitar goles,
sino también a marcarlos. Y el brasileño es, a día de hoy, el único
ejemplar de esa especie peculiar que sobrevive.
Este miércoles Ceni regresó a la Copa Libertadores, torneo que ha
vivido muchos de sus mejores momentos en su alargada trayectoria.
Volvió a marcar, esta vez de penalti, y suma ya 108 goles en sus más de 13 temporadas en Sao Paulo.
Muy por detrás quedan el resto de porteros que tenían el gol en la
sangre. Chilavert (62 goles), René Higuita (41 goles) o Jorge Campos
(40 goles) fueron algunos de esos guardametas con sello goleador.
El brasileño echa la vista atrás y recuerda con ironía sus inicios
en Sao Paulo. Tele Santana lo fichó del modesto Sinop y lo situó a la
sombra de Zetti, por aquel entonces portero indiscutible del tricolor
de Morumbi y suplente de Taffarel en el Mundial de 1994. Mientras Ceni
esperaba su momento, el entonces joven portero ensayaba entrenamiento
tras entrenamiento sus lanzamientos de falta. Insistencia que le llevó
a convertirse en un consumado especialista.
Ahora, más de una década después, Ceni suma más de 50 tantos de libre directo en partido oficial.
Ha ganado 16 títulos con el club de sus amores y mantiene intacta, a
sus recién cumplidos 40 años, la ilusión por mantenerse en primera
línea.
Carisma a raudales
Su carisma, además, está
fuera de toda duda. Hace unos meses un medio brasileño realizó una
encuesta en los que se cuestionaba al jugador más valioso de la Copa
Libertadores. La votación estaba integrada por Pelé, Zico y Rogério
Ceni, siendo el meta el ganador por un amplio margen.
Con 40 años se sigue mostrando como un portero ágil, seguro y con la
misma capacidad anotadora. Su final en el fútbol no está muy lejos y,
con él, acabará una especie que actualmente se encuentra en peligro de
extinción. Disfrutemos de ello mientras podamos.
Tomado de Marca