Qué triste espectáculo, qué vergüenza. Si encontrara a alguien que
quisera comprar el Milan lo vendería de inmediato”, soltó Berlusconi al
término del partido del pasado martes contra el Anderlecht. 'Il
Cavaliere¿ no aguanta más y tras el empate sin goles contra el campeón
belga explotó en el palco, publicó ayer 'La Stampa'.
Según este
medio, el propietario del Milan estaba fuera de sí, se le veía alterado
como pocas veces se le ha visto y no había rastro de su eterna sonrisa.
Su dedo acusador apuntaba a Allegri.
De no ser por la
intervención de Galliani, su brazo derecho en la dirección del club
lombardo, Berlusconi habría mandado ya a Allegri a la cola del paro. La
mala imagen que el equipo ofreció contra el Anderlecht ya se ha
repetido este curso en otros dos partidos en San Siro: contra la
Sampdoria y el Atalanta, ambos saldados con derrota.
La labor de
encontrar un comprador para el Milan no le resultará fácil al exprimer
ministro italiano. En los últimos meses se rumoreó que el gigante del
gas ruso Gazprom quería comprar un paquete de acciones, lo mismo que el
emir de Dubai Al Makhum, pero ninguna de las dos opciones llegaron a
cristalizar. Lo que es evidente es que, con un valor en el mercado de
entre 400 y 600 millones de euros más una mochila de casi 90 millones
más en forma de deudas, a Berlusconi le será difícil encontrar a
alguien dispuesto a desembolsar tal cantidad de dinero.
NERVIOS EN MILANELLO
El
malestar de 'Il Cavaliere' se ha extendido a su principal objeto de las
críticas. Allegri, que sabe que tendrá difícil la continuidad en el
banquillo si el domingo no sale victorioso de Udine, protagonizó el
miércoles un fuerte enfrentamiento dialéctico con su expupilo Inzaghi,
actual entrenador del equipo juvenil al considerar que le está haciendo
la cama.
Allegri cree que la especulación de que el tándem
Tassotti-Inzaghi le suceda en el banquillo la ha promocionado su
expupilo a sus amigos de la prensa.
Tomado de Sport