El Athletic suma y sigue en el
Nuevo San Mamés. Los rojiblancos, después de la victoria de ayer frente al
Villarreal, suman ya diez puntos de doce en un nuevo estadio que se ha
convertido en un auténtico fortín.
Y es que los de Valverde basan su
fortaleza en su buen hacer en su campo. En la noche de ayer, frente a un rival
duro y con alguna baja importante como la de Ander Herrera, los leones fueron
superiores de principio a fin. Excepto en los primeros minutos del choque donde
Bruno Soriano y Tomás Pina manejaron los tiempos, el Athletic siempre mandó.
Esta vez sin Beñat por decisión técnica y con Iturraspe, Mikel Rico y De Marcos
formando la medular, los locales tomaron el mando y comenzaron a arrinconar a
su rival. Los
pronósticos deportivos previos al choque anunciaban una igualdad que Mikel
Rico y Aduriz se encargaron de desestabilizar. En apenas dos minutos, el mediocentro
cabeceó a la red un excelente centro de Iraola y Aduriz, con la inestimable
ayuda de Mussachio, puso el 2-0 en el electrónico que a la postre sería
definitivo. Además, para colmo amarillo, Bruno fue expulsado al filo del
descanso de manera injusta hipotecando así el futuro de su equipo.
El segundo tiempo fue un mero
trámite. Dio la sensación de que ambos equipos firmaron un pacto de no agresión
en el que no moverían las apuestas
en directo del choque. El Villarreal inquietó algo más la portería de Gorka
Iraizoz con Giovanni y Trigueros como protagonistas pero el guardameta
rojiblanco siempre estuvo concentrado para evitar contratiempos.
Así, después de este resultado,
el Athletic se coloca sexto a un punto de un Villarreal que es cuarto. Lo cierto
es que, de continuar así en casa y mejorar ligeramente a domicilio los pupilos
de Valverde podrían pelear por la última plaza que da acceso a la Champions.