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La historia
es conocida, a esta hora ya todo el mundo comenta lo ocurrido ayer en el
Santiago Bernabéu en el Clásico del fútbol a nivel de clubes, Barcelona-Real
Madrid. Pero claro que quien escribe no puede dejar de emitir lo que sus ojos
vieron.
La intención
es sencilla, no es hablar de ese gran jugador que responde al nombre de Xavi Hernández
como parece dar a entender el título, sino hacer ver según lo mostrado en esta hondonada
de partidos en los que el conjunto catalán ha dominado al merengue como a pesar
de los distintos esquemas mostrados por el estratega luso, ninguno se acerca a
lo que se necesita para derrotar al once azulgrana.
Un tribote,
un doble pibote, un delantero centro, o como en el caso de la pasada noche; dos
jugadores de posición (9). En todas ha faltado algo fundamental, un repartidor
de balones, un creador de juego, un cerebro al estilo del chico de Tarrasa.
Pepe,
Coentrao, Xabi Alonso, Ozil, Kaká, todos han sido probados para estas tareas y
ninguno a respondido porque este equipo blanco hace recordar el mejor de los
Milán o Juventus a la hora de enfrentarse a los actuales campeones de Europa. El
contragolpe ha sido la alternativa frente al brillante manejo de balón de los
culé, siempre dependiendo de la velocidad de su estrella, Cristiano Ronaldo y
para mi la mayor ausencia en el partido para el Real, Ángel Di María.
Desaparecida
la presión que se evidenció en los choques de La Súper Copa del pasado agosto. En
los dos últimos juegos; marca primero el Madrid y a defender con los 11. Es entonces
que surge una pregunta: Si anotara primero el FC Barcelona, ¿Qué pasaría
posteriormente?
Seguramente
disfrutaríamos de un duelo con idas y vueltas, pues los de la capital ibérica
no podrían esconderse, ni tendrían ningún motivo para proteger un hipotético
empate. Sería un encuentro más vistoso en medio de una excesiva oleada de
partidos entre los conjuntos más laureados en España.
Por
otro lado las palmas para esos que nunca renuncian a su estilo, a mantenerse
con la calma cuando parece que no hay de donde sacarla, a darle un trato a la
esférica como los dioses. Una vez más el Barcelona puso otra nota de alta
calificación, pues con paciencia saben buscar los espacios que sólo ellos
tienen la habilidad de encontrar.
Paradoja,
no fue la mejor presencia en las canchas vestido de blaugrana del astro argentino,
Lionel Messi; pero aún así apareció en el momento preciso, para darle un pase al
hombre de “hierro”, Eric Abidal, anotando de manera magistral y haciendo que este escribano reconozca su
equivocación al no colocarlo en el once inicial. El francés defendió por esa
banda izquierda como un joven de 20 años y para colmar la noche, marcó la
diferencia. Anotó el gol que pone casi eliminado de esta versión de la Copa del
Rey al archirival de los dueños del mejor fútbol del mundo.
La nota
negativa fue el arbitraje, tanto del principal (Cesar Fernández) como de los linier.
La justicia en estos choque deben impartirla hombres que estén al nivel de los
equipos, del duelo e incluso de la sede y del público.
La vuelta
la próxima semana en el Camp Nou podrá ser un excelente regalo para uno de los
que ha pisado su césped y que ha hecho una historia inolvidable, el que parece
que se retirará si ganar un Balón de Oro, pero si con el aquello de ser la
mente maestra de un equipo que está escribiendo época, Xavier Hernández Creus.