El día después de la derrota ante el Betis sirvió para analizar de
manera individual el partido y las consecuencias que este nuevo
tropiezo puede tener. Los jugadores abandonaron el Benito Villamarín
completamente abatidos, admitiendo que no estuvieron a la altura y que
la Liga está muy cuesta arriba. Precisamente es esto último lo más
difícil de asimilar dentro del equipo, que el campeonato está casi
perdido en el mes de noviembre.
La resaca de este partido es muy diferente a la que dejó el duelo
ante el Sevilla. Posiblemente, esta derrota deja peores consecuencias
de cara a la clasificación, pero no ha vuelto a abrir una gran brecha
entre los jugadores y el entrenador. Esta vez, la plantilla cree que
Mourinho tiene razón.
La principal diferencia entre las palabras del luso tras el
encuentro ante el Sevilla y las del Betis es que en el primero, Mou
habló de falta de profesionalidad de sus jugadores. Aquello dolió a más
de uno y así se lo hicieron saber. En esta ocasión, el entrenador
empleó otros términos y apeló a la falta de intensidad y sacrificio, un
diagnóstico en el que coinciden los jugadores plenamente.
Perjudicados por los árbitros
Algunos
futbolistas también comparten la opinión de que el Madrid está
desprotegido a nivel institucional. Los jugadores no son partidarios de
cargar contra las actuaciones arbitrales, pero tienen la sensación de
que últimamente es muy fácil pitar en su contra.
En el vestuario del Madrid se asume la superioridad del Betis, pero
muchos se acordaron de una frase que utiliza Mourinho con frecuencia.
«Para ganar tenemos que jugar muy bien, a otros equipos les favorecen
otros aspectos y no les hace falta». Los madridistas se fueron de
Sevilla con la sensación de que Gil Manzano les perjudicó y les privó
de la victoria.
Tomado de Marca