Dos Balones de Oro. Sería lo mejor. Que este año, ex aequo, hubiera
uno para cada uno. Como dice Mou, son de otro planeta. Y se encargan de
recordarlo cada vez que se cruzan. Anoche, sin ir más lejos. 2-2 en el
Clásico. ¿Quién marcó? La pregunta, a estas alturas, es innecesaria.
Ronaldo golpeó primero. El portugués ha cristianizado el Camp Nou a
base de goles. Seis en sus últimas cinco visitas. Lleva media docena de
Clásicos consecutivos marcando. Hito inédito hasta hoy.
La estampa ya es habitual. Gol del luso y celebración tradicional en
Can Barça. ‘Calma, que ya estoy aquí’. Anoche golpeó primero. A los 22
minutos. Se perfiló en la izquierda, esperando el rondo que
improvisaron sus compañeros en la frontal del área rival, para
finiquitarlo con un zurdazo seco.
Messi rumiaba el primer golpe. Pero no tardó La Pulga en picar. Ocho
minutos. El argentino esperó el falló de Pepe y fusiló a Casillas.
Combate igualado en el primer asalto. Descanso.
Como siempre
Ambos jugaron fieles a sí mismos.
Messi en la zona de tres cuartos, buscando amigos que le devolvieran la
pelota. Apareciendo veloz por un costado o llegando al área esperando
el remate.
Cristiano buscando el uno contra uno y rompiendo en diagonal desde
la derecha. Estuvo más atento de lo habitual a las subidas primero de
Alves —los músculos del brasileño no soportaron dos esprines de Ronaldo
y se rompió— y después de Montoya. Provocando faltas. Siendo levantado
del suelo, caballerosa y deportivamente, por su rival Iniesta.
Tras el descanso, Messi abrió las hostilidades con un eslalon de
costa a costa por la banda derecha que acabó con el Camp Nou rendido a
sus pies, el izquierdo, preferentemente. Dios. Prólogo del zurdazo que
coló en la escuadra de Iker de falta directa, una de las especialidades
de CR7.
Ronaldo, sin embargo, no permitió que la felicidad se instalara en
la gradería Porque cinco minutos después rompió por dentro para
asociarse con Özil —entre ambos han fabricado cuatro goles en las
últimas cuatro visitas— y batir a Valdés. De nuevo empate a puntos en
un combate al que, afortunadamente, le restan muchos asaltos.
Messi lideró el último arreón azulgrana, con Cristiano ya herido en
su hombro, pero todavía sobre el campo, sin esconderse a pesar de tener
un esguince de hombro. Pero las tablas estaban firmadas.
Los números son de estudio. Ambos han logrado ocho dianas en Liga.
Ronaldo presenta 14 goles en la temporada, por los 12 del argentino.
Leo hizo ayer su gol 100 en el Camp Nou. Montruos S.A.
Tomado de Marca