Desde que en el año 2002 la televisión cubana comenzara a trasmitir en vivo todos los partidos de los tres mundiales celebrados hasta la fecha (Corea-Japón 2002, Alemania 2006 y Sudáfrica 2010), así como las eurocopas de Portugal 2004 y Suiza-Austria 2008. La afición al más universal en la isla ha ido ganando en adeptos a una gran velocidad.
A esto sumarle la continuidad del programa “Gol” trasmitido por uno de los canales televisivos de alcance nacional (Telerebelde) y que a pesar de cambiar de día y horario en diferentes ocasiones, lleva a esta fanaticada el acontecer de las principales ligas europeas, tanto a nivel de países como los eventos regionales; dígase Liga de Campeones o la es Copa UEFA; ahora llamada Euro Liga.
Dicha situación ha provocado una efervescencia tal que niños, jóvenes y adultos; pasen largos ratos en las esquinas o en distintas peñas hablando de balompié, incluso por encima del deporte nacional, el béisbol. Además es común ver por las calles camisetas de diversos clubes españoles, ingleses, italianos y alemanes en menor medida, pues son las competiciones más seguidas.
Al final la explosión futbolera, que sin duda es a nivel internacional y desde hace mucho tiempo, ha traído una disyuntiva durante todo el 2011 en los distintos medios de prensa cubanos. El debate se ha centrado en investigar por qué el fútbol ha dejado atrás al deporte de las bolas y los strikes en los menores de 30 años de la mayor de las antillas, que día a día desean ser como CR7, Messi, Ronney, Xavi, Ozil… y muchos más.
Quien escribe no pretende justificar ninguna de las partes de la “discusión”, más bien reflexionar sobre como sin dejar de seguir presenciando y disfrutando del deporte de las multitudes, el béisbol cubano y de manera general, vuelva a ocupar el lugar que le corresponde en el gran caimán.
Cierto es el reclamo de aquellos seguidores de la pelota, que si menospreciar el fútbol exigen ver en la pequeña pantalla o leer en alguno de los periódicos algo referente al béisbol de otros lugares del planeta, puesto que en el principal evento de este deporte, el Clásico Mundial las figuras aunque nos son desconocidas; tampoco se tiene todas las estadísticas necesarias para poder comentar, hablar, debatir o simplemente comparar con otros atletas del propio deporte.
Tarea a pensar por parte de los encargados de la programación deportiva de la Televisión Cubana, que colocando al menos dos ediciones especializadas en esta materia: Uno destinado a lo nacional; otro a lo foráneo, se estaría complaciendo a la mayor parte de la afición antillana, que de por si es reconocida mundialmente como muy deportiva.
El rescate de imágenes y videos históricos sobre el pasatiempo cubano, así como la creación de una revista que contenga la opinión de personal entendido en el tema, daría a las nuevas generaciones un conocimiento y un acercamiento directo, constante e importante al orgullo nacional, aspecto que seguramente volvería a mostrar las calles llenas de muchachos jugando al famoso “Cuatro Esquinas”.
También es vital el mejoramiento del mayor espectáculo deportivo en Cuba, la Serie Nacional, que en los últimos años ha enseñado una cara caída; repercutiendo duramente en los resultados de los eventos internacionales. Una Serie donde la desproporción entre pitcheo y bateo cada vez se hace más profunda, aunque en el equipo Cuba sea todo lo contrario. Entonces surge una pregunta: ¿Qué aspecto es el más débil?
La respuesta es sencilla, ambos con altas y bajas, buenas y malas figuras que los representan. Tratar de emparejarlos es una de las claves para dar pasos de avance en busca de seguir la senda del desarrollo. Si bien se puede hacer utilizando la verdadera zona de strike, cambiando la pelota tan viva con la que se juega, lo primordial es reducir la cantidad de equipos en el torneo doméstico, llegando al punto que los bateadores y lanzadores con calidad sean la mayoría en cada uno de los equipos del evento.
A priori puede o no parecer fácil, pero claro que esto conlleva varios análisis. Todo por recuperar el espacio perdido en la popularidad del pueblo y por recuperar espacio también a instancia mundial. Siempre sin tocar ni colocar al fútbol como justificación para no ver la realidad de la pelota cubana.
Dejemos entonces para una segunda parte como el fútbol internacional no solo opaca al béisbol, sino al propio balompié cubano.