Mientras que en la capital española celebraban la victoria de Real Madrid en el derbi citadino ante el Atlético 4-1 y el triunfo de otro club de la misma ciudad, el Getafe, ante el archirival de los merengues, el Barcelona, con marcador final de 1-0. En el resto del país ibérico no son pocos los que creen en el temprano trofeo para los blancos, aunque queden 24 jornadas por disputarse con sus respectivos 72 puntos.
Innegable es la mejoría en el juego madridista en comparación a la pasada temporada. Los dirigidos por el luso José Mourinho han mostrado varios aspectos casi perfectos durante la presente campaña, lo cuales han marcado los 6 puntos que en estos momentos tienen por encima del equipo culé. Una recuperación inmediata del balón, una rápida verticalización, una velocidad endemoniada de sus delanteros y altísima cifra goleadora, ponen al Real en una situación muy ventajosa.
Teniendo en cuenta el bajo nivel presentado por la mayoría de los conjuntos del campeonato de las estrellas, ofreciendo posibilidades amplias de triunfo para los dos seleccionados grandes del torneo, parece un reto bien complicado para los muchachos de Guardiola el remontar la diferencia actual. Sobre todo si miramos que los catalanes no han puesto sobre la cancha todo ese arsenal que les ha dado el calificativo de ser los mejores del mundo.
El inicio fue prometedor, ganando la Súper Copa de España ante el Real Madrid, llegando a la misma con muchas deudas en el entrenamiento y la pretemporada. Todo lo contrario para el once de CR7, que había tenido una gira por Estados Unidos y Asia llena de grandes demostraciones a pesar de que sus rivales no fuesen de primera línea.
La Liga comenzaba con sorpresas, el modesto Levante lideró por tres jornadas la lid. Y El barca no aprovechaba los empates madrileños; incluso una derrota frente al mencionado equipo de la comunidad valenciana. Las igualadas ante el Valencia, la Real Sociedad y el Atletic Club de Bilbao en todos los casos 2-2, así como el empate sin dianas contra el Sevilla, eran punto de críticas para los blaugranas, que además veían como algunos de sus mejores efectivos eran llevados a al enfermería; casualmente por el mismo problema, lesión en el bíceps femoral.
Sin apenas saborear el primer lugar, los azulgranas dejaron escapar este sábado la oportunidad de mantener cerca al líder, pero más importante, se comienza a pensar en la poca efectividad del sistema de juego barcelonista y de la capacidad para meter balones en redes contrarias de una de sus piezas claves en el esquema, David Villa.
Guardiola ha usado indistintamente las posiciones tácticas 3-4-3 y su tradicional 4-3-3. Sin decir cual ha sido la más efectiva, lo que si está claro es que los problemas defensivos han sido recurrentes en la zaga culé. Con los titulares Gerar Piqué y Carles Puyol sin ver la suficiente acción, las improvisaciones de Javier Mascherano y Sergio Busquets no han dado los mismos dividendos que el pasado año. No es nada fácil para dos volantes de contención, suplir como centrales y cumplirlo al máximo nivel.
Por otro lado la intermitencia de dos figuras principales como son Pedro Rodríguez y el chileno llegado del Udinece italiano, Alexis Sánchez, por no estar actos físicamente, ha obligado al estratega catalán a colocar como extremos a hombres como Fábregas, Iniesta o el canterano Isaac Cuenca. Los dos primeros, aunque con excelentes dotes técnicas, no funcionan igual fuera de sus respectivas posiciones dentro del terreno (volante de contención para Andrés y mediapunta para Cesc). Aun así el club más exitoso en los últimos años no ha renunciado a su forma de juego, la que entre otros títulos; le brindó la triple corona en el 2009.
Basándose en poder mantener el balón con pases cortos y rápidos, haciendo constantes triangulaciones y movimientos de jugadores sin pelota, para lograr que su rival abra espacios que les permita colarse y marcar las dianas necesarias para llegar a la victoria, el actual campeón de Liga está viendo que sus contrarios buscan entonces presionar desde su salida para tratar de provocar errores que sinceramente se han visto con frecuencia.
La tarea ahora es; sin dejar su estilo a un lado, no acomodar al contrario y variar un tanto el despliegue ofensivo. No centrar todas las posibilidades en lo que Messi pueda hacer y confiar más en el trabajo de los que lo acompañan en el ataque, algo que le daría mayor libertad al argentino y mayor preocupación a los de enfrente. Todo esto pensando en el clásico que se vivirá el próximo día 10 de diciembre en el Santiago Bernabéu, donde ya muchos ponen como favorito al Madrid de Mou, olvidando que bajo el mando del portugués los blancos sólo han podido derrotar al Barcelona en una ocasión de siete posibles (Final de La Copa del Rey). El resto de los partidos se han saldado con tres victorias azulgranas y tres empates, siendo uno de los triunfos el recordado 5-0 en el Camp Nou; considerado además como uno de los mejores partidos desarrollados por este legendario equipo.
De todos modos por el momento el Barca deberá concentrarse en su partido de fecha adelantada ante el Rayo Vallacano este 29 de noviembre en casa culé, pues luego del enfrentamiento ante su archirival, partirán rumbo a Asia para participar en el Mundial de Clubes, donde se espera la final Barcelona-Santos de Brasil y particularmente el duelo Messi-Neymar. Prueba importante para que el elenco blaugrana culmine el año con un trofeo que le permita seguir soñando con la cuarta corona consecutiva, lo mismo que hiciera el llamado Dream Team dirigido por el holandés Johan Cruyff.